Ya es un niƱo de primaria
- Mafer M.
- 30 ago 2017
- 2 Min. de lectura
Hace un aƱo Marcelo inició la primariaā¦sĆ, 1° de primaria. Y yo, a un aƱo, sigo sin poder creĆ©rmelo. Les cuento.
Todo fue tan rÔpido, tan inesperado, tan poco planeado, que no hubo chance para la reflexión o la nostalgia, para la ilusión o el temor. Lo que sà hubo fueron muchos nervios y esta bonita sensación de que Marcelo estÔ creciendo, avanzando, logrando.

De inicio no pensamos mucho en los menesteres del tipo lecto-escritura, sumas y restas, memorizar capitales y fechas históricas; en lo único que pensamos es en que Marcelo se sintiera bien, cómodo y, sobre todo, aceptado e incluido.
La nueva escuela es de inclusión, no sólo no les asusta, sino que estĆ”n familiarizados con el tema de la discapacidad, maestros de apoyo, adecuaciones, etc., pero fueron muy directos y honestos desde el primer dĆa cuando nos dijeron āsomos una escuela de inclusión pero no tenemos experiencia con niƱos con parĆ”lisis cerebral, sin embargo, nos emociona trabajar con Marcelo y agradecemos la confianza si es que deciden que pertenezca a esta Instituciónā. La no experiencia nos asustó, la excelente disposición nos convenció.
Es cierto que a Marcelo le cuesta trabajo adaptarse a los cambios y aceptar el reto de lo nuevo; y esta vez tendrĆa que enfrentarse a una nueva escuela, nuevo maestro de apoyo, nuevos compaƱeros⦠Lo fui a recoger, a las 11.20 -paulatinamente fue aumentando el horario hasta cumplir la jornada completa-, y me encontrĆ© con una gratĆsima sorpresa al recibir a un niƱo feliz, emocionado, hasta presumido, pintarrajeado de la cara, a un niƱo grande, maduro, a un niƱo de 1° de primaria. Las palabras del titular fueron ānos fue bastante bienā, y entonces me volvió el alma al cuerpo. Me contaron de la hermosa bienvenida que le dieron sus compaƱeros, de lo emocionados que estaban por conocerlo, pues dĆas antes ya les habĆan contado que tendrĆan un nuevo compaƱero, y de lo bien que lo incluyeron. Me contó su maestro de apoyo que en el lunch le decĆan āapĆŗrate a comer Marcelo para llevarte a que conozcas los juegosā, y mi corazón no pudo sentir mĆ”s alegrĆa.

Una vez mĆ”s Marcelo y la vida nos dan una gran lección: CONFĆA. Eso es lo que particularmente tengo que hacer, soltar, dejar de controlar, dejar de querer que todo sea perfecto y CONFIAR en que todo sucede de la mejor forma y como tiene que ser; y, sobre todo, mi niƱo me volvĆa a gritar a los 4 vientos CONFĆA EN MĆ, MAMĆ. Y asĆ es como lo hice y lo harĆ©.