Cuando eres mamá de un niño con discapacidad, cambia la manera en que ves el mundo, y creo que también cambia la manera en que el mundo te ve a ti. No es fácil encontrar un lugar en el que puedas expresar lo que significa ese cambio. Para mi, eso ha sido lo que he podido compartir en el Grupo de Mamás, porque ahí encuentro personas que de verdad, en el fondo, entienden.
Entienden el profundo dolor que me causa saber que Jimena, mi hija, no puede hacer muchas cosas que sé que quiere hacer, el dolor que me causa que no pueda decirme con palabras qué siente, qué quiere. El dolor que siento al ver que todo para ella es mucho más difícil. Y las mamás en este grupo entienden que tengo momentos en que ese dolor me abruma, me sobrepasa. Entienden la desesperación, el miedo al futuro, el cansancio.
Por otro lado, también entienden que Jimena es mi princesa, hermosísima por dentro y por fuera, que es una niña alegre, inteligente y chistosa, que es mi ejemplo y mi fortaleza, que es mi felicidad, y que por ella siento el amor más grande, profundo y revitalizante. Y entienden que también hay días en que esa felicidad me llena el corazón.
Lo verdaderamente especial del Grupo es que las demás no tienen que conocer a Jimena para entender y compartir esos sentimientos, porque sé que ellas también los viven.
En el Grupo compartimos también todo lo que rodea nuestra vida como mamás de hijos con necesidades especiales. Compartimos los detalles del día a día, los encuentros buenos y no tan buenos con otras personas, las miradas, los comentarios fuera de lugar o hirientes, las vivencias que para otras personas pueden no ser mayor cosa, pero para nosotras representan un esfuerzo enorme o un logro impresionante.
Todo lo que compartimos aquí tiene además, un sentido. Buscamos sanar, aceptar, comprender y superar.
De este grupo cada miércoles me llevo consejos útiles, el ejemplo de otras mamás a las que admiro, inspiración para revalorar las muchas cosas especiales que tengo en mi vida: mis preciosos hijos, mi adorado esposo, nuestras familias siempre amorosamente presentes, mis grandes amigos. Y me llevo nuevos ánimos para la semana, porque tengo unas inigualables compañeras en el camino.