A veces pienso que no he aprendido la lección. Hay que vivir día a día, abrazar y disfrutar los logros de hoy y trabajar duro para que mañana sea lo mejor de lo que deba ser, pero…..a veces pienso que puedo planear y entonces fantaseo.
A veces pienso que quiero ser como mi mamá, una gran abuela, siempre disponible, quiero ser el soporte de Victoria y siempre que ella no me necesite dedicarme a viajar por el mundo con Ana Lucía, seguir alcanzando cimas, literal. Subir montañas, conocer países nuevos hacer de su compañía un regalo divertido y emocionante, un equipo.
A veces pienso, que Ana Lucía sigue por un camino de tantos avances, que estudia y vive de manera independiente y me manda a volar con mis planes de viaje.
A veces pienso que lograremos grandes cosas que le den a Ana Lucía fama mundial, y a veces me doy cuenta que los grandes logros los vivimos todos los días.
Y en días como hoy en que le doy tantas vueltas al futuro, y juego a que puedo planear y decidir qué nos depara el destino, me termino riendo. Parece que no he aprendido nada. Pienso que sólo estoy nerviosa porque vamos a probar algo nuevo. Y, ¿sí odia esquiar? Y, ¿si se vuelve campeona paralimpica de slalom? Y, ¿sí sólo se vuelve una gran actividad que ella disfrute y comparta con sus primos?
No puedo planear, no me puedo adelantar, sólo puedo trabajar para que la experiencia sea lo mejor que pueda ser, y pues ya les contaré qué emociones me tiene preparada mi cajita de sorpresas.