Navidad y Adolescencia son dos eventos aparentemente inconexos, sin embargo ambos se suscriben a un periodo de tiempo determinado. Es oficial que la temporada navideña empieza el 1 de diciembre, sin embargo, para algunas tiendas y supermercados inicia en septiembre. Los cambios propios de la pubertad inician oficialmente a los 11 años, aunque hay casos en los que empiezan un poco antes. La adolescencia, con sus diferentes etapas puede comprender de los 13 a los 21 años.
Ambas etapas nos generan muchas emociones, expectativas y cambios, y no podríamos concebirnos sin ellas.
A los Padres de Hijos con Necesidades Especiales #SomosPhine las dos nos dan mucho nervio. Para nuestros hijos ambas épocas representan un reto sensorial, cambios en la rutina, nuevas experiencias, e información difícil de procesar. Además son etapas en las que se definen los gustos e intereses de manera mas puntual, aunque en muchos casos esto resulte difícil de manifestar para los que estamos alrededor.
Esta temporada navideña con mi pre-adolescente con PCI resultó todo un reto. La magia de la navidad para ella, es magia. Las travesuras de los duendes, la llegada de Santa y de los Reyes, sin embargo en quinto de primaria hay compañeros que ya cuestionan algunos de estos momentos. Yo quiero con ella vivir la magia el mayor tiempo posible, entre otras razones porque tiene una hermana menor a la cual quiero también cuidarle y alargar la ilusión lo mas posible, pero como dice Ana Lucia, ella no es muy buena guardando secretos, además de que una de sus mayores características es la franqueza y que no hay medias tintas. Entonces tendremos que hacer una labor titánica para que llegado el momento no comparta con su hermana información que no deba.
Por otro lado, está el tema de los regalos, ella quisiera cosas de grande, sin embargo es chiquita en sus juegos. Quisiera manualidades pero su coordinación fina no es su gran aliada y en realidad ni si quiera sabe muy bien (ni yo tampoco) que les gusta a las niñas de su edad. Consulté con amigas que tienen hijas de la edad para que me pasaran sus peticiones y poder aconsejar a Ana Lucia. Sus peticiones de navidad se redujeron a un libro llamado el Diario de Greg, me dice ella que algunos de sus compañeros lo están leyendo. La noche en que llegó Santa Claus, después de la emoción la vi, acostada abrazando su libro y viendo al cielo (o al techo) dijo Gracias Santa…y todo valió la pena.
Los Reyes hicieron lo propio con ropa “moderna y de grande” y aunque estaba contenta, le resultaba curioso que su hermana tuviera juguetes. Seguimos avanzando en el camino de crecer y como cualquier mamá y cualquier hija pasaremos por momentos complejos, en los que además las necesidades especiales de comunicación, madurativas y físicas, nos pondrán a idear nuevas rutas, pero sin duda llegaremos al punto, de que ella defina su personalidad y se sienta contenta y segura de la hermosa joven en la que se convertirá. Tiempo al tiempo.