Si tú fueras tía de una niña de 8 años, ¿qué le comprarías, qué le regalarías por su cumpleaños, qué le desearías? ¿Una bicicleta? ¿Un juego para hacer pulseritas? Sí, a veces escoger regalos para Jime es medio complicado porque aún no puede andar en bici, tendríamos que hacerle varias adaptaciones a una para que pudiera pedalear; hacer pulseritas, pues tampoco porque le es muy difícil coordinar los movimientos de su cuerpo y esa motricidad fina sería muy dura de lograr; entonces a veces hay que echar a volar la imaginación esperando que lo que le compres le ilusione.
Ahora, sí, los regalos son pretexto para crear sonrisas y para cumplir las ilusiones de los niños y a veces hasta cumplen más las ilusiones de los adultos por las imágenes que creamos en nuestras cabezas de cuánto les va a gustar el regalo. Pero los deseos tienen otro significado.
Entonces más bien la pregunta pudiera ser ¿qué le deseo a Jime, mi sobrina hermosa, en este nuevo año de vida? Le deseo que sea feliz, que se ría mucho, que pueda soñar despierta, que pueda echar mucho relajo, que pueda leer muchos libros, que le guste la música, que sea compasiva, que tenga un buen corazón, que juegue mucho con sus primos, que duerma bien, que no esté triste, que si llora encuentre consuelo pronto y que aprenda cómo calmar el sufrimiento para que su corazón sea fuerte, que tenga muchos amigos, que no sea buleada en la escuela, que otros niños no la vean raro, que sus papás le tengan paciencia, que le den muchos besos y abrazos, que no se aburra en la escuela, que vea menos tele e imagine más, que pinte, que haga travesuras, que aprenda a sonreír por las cosas sencillas de la vida, que ame mucho, que quiera más, que haga menos berrinches, que juegue mucho, que se divierta con sus hermanos, que aprenda cada día nuevas cosas, que todo lo bueno se lo quede, que lo malo lo deseche, que se emocione, que viva.
Supongo que es lo que cualquier tía le desearía a su bella sobrina, porque los deseos son de amor, no interfiere su parálisis cerebral para lo que quiero para ella.
Pienso en qué podrá lograr Jimena en su vida, pienso también en lo que no va a lograr, pero esos pensamientos son bajo el precepto de mis estándares, los estándares regulares, los estándares comunes, no los estándares de Jimena, quien es una hermosa niña que sonríe cuando le regala a su prima unos zapatos que fueron suyos, una niña hermosa que aprendió a guardar silencio y escuchar en las comidas familiares, una niña bella que admira a su papá cuando canta y toca la guitarra, una niña tierna que abraza y da besos a su mamá, una niña única de quien estoy muy orgullosa de ser su tía. Estos deseos, estos regalos, estas ilusiones son solo para Jimena, porque ella es única e inigualable.
Ahora, también hay cosas por las que yo debo luchar para que tenga acceso a esos buenos deseos. En referencia a cómo estamos destruyendo el mundo y cómo pareciera que será dificilísimo cambiar las causas del cambio climático, leí el siguiente párrafo que me parece también podría aplicar para que las condiciones para las personas con discapacidad cambien (traducción mía):
“La sociedad no es simplemente la suma de millones o billones de elecciones individuales pero una compleja, recursiva dinámica en la cual las decisiones son ejercidas por las instituciones e ideologías que cambian a través del tiempo cuando estas elecciones alimentan las estructuras que enmarcan lo que consideramos como posible”.
Sí, es muy bonito que le deseemos todo estos cariños a nuestros sobrinos, pero la realidad es que podemos y debemos hacer más para que haya un país más justo e inclusivo. Visto que empieza una nueva legislatura en pocas semanas, no estaría mal llamar a nuestros diputados locales y federales y decirles qué deseamos para el cumpleaños de nuestros sobrinos, porque esas felicidades y bienestares deben crearse en masa, no individuales. Además de que estos diputados y senadores serán los primeros que puedan ser reelectos en la historia de México, esta nueva legislatura tendrá la obligación de rendir mayores cuentas si es que nosotros les exigimos.
Jimena, me comprometo a que para este cumpleaños busque de qué manera puedo construir un mejor mundo y que puedas tener muchos días de felicidad.
¡Feliz cumpleaños número 8 Jime hermosa!