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  • Mafer M.

Cuando el Maestro de Apoyo se va


Hace poco una querida amiga preguntó en Phine Grupo de Apoyo a Papás de Hijos con Discapacidad (grupo cerrado de Facebook que recomiendo muchísimo que se unan) acerca del papel que juegan en la vida de nuestros hijos sus maestros de apoyo o asistentes educativos y qué es lo que pasa cuando estas personas que a ellos los acompañan, y a nosotros como mamás nos apoyan tanto, se van. ¿Qué explicación debemos darles a nuestros hijos sobre esta pérdida y los cambios en su vida a partir de ella?

Como mamá de un hijo con discapacidad y cómo Tanatóloga acompañante en procesos de duelo y acompañante de padres de hijos con necesidades especiales, me atreví a comentarle esto que ahora comparto con ustedes, pues me parece un tema muy cotidiano para quienes requerimos este tipo de apoyos, de suma importancia en el desarrollo de nuestros hijos, en cómo elaborarán sus procesos de duelo en el futuro y pocas veces abordando.

En la corta vida escolar de Marcelo ya hemos tenido la oportunidad de trabajar don 4 asistentes educativos, algunos más apegados a él que otros, pero todos han representado algo importante para él. Como mamá, mi primer reacción cuando se han tenido que ir es como si el mundo se me viniera encima, es un golpe duro a la estabilidad de la familia y personal, es volver a hacer ajustes, es enseñar de cero, es nuevamente estar expectante de esa nueva relación Asistente-Marcelo, y eso me cansa y me agobia. También tengo el sentimiento de que creo que no habrá nunca nadie más que pueda hacer esta tarea ardua de acompañar a mi hijo. Al final, la vida me ha enseñado que siempre puede haber alguien mejor que el anterior, que Marcelo también cada día es más maduro y eso le da nuevas posibilidades de relacionarse con los demás y que, además, nada es para siempre y si algo no va bien siempre está la opción de volver a ajustar.

Hablando como profesional, siendo esta mi área de trabajo, el tema más importante a tratar es lo que implica para Marcelo cada cambio de Asistente. Se trata de una pérdida importante para él, donde más allá del apoyo en clases o en casa, se crea un vínculo estrechísimo entre ellos, de ayuda, de entendimiento, de complicidad y de afecto. Este vínculo y la forma de tratarlo dependerá de qué tan estrecho sea por el tiempo o tipo de relación que se creó.

Pero si pudiera hablar de una generalidad, diré los siguientes:

Es el mismo maestro o asistente quien tiene que darle la noticia a nuestro hijo y explicarle las razones de por qué ya no estará más con él. Recordemos que la verdad será siempre lo mejor. Esto ayudará a que ellos no se hagan ideas equivocadas o fantasiosas en su cabeza, sobre todo, les ayudará a entender que ellos no tienen nada que ver con su decisión y no son ellos la razón de que su maestro setenta que ir.

Segundo, debemos tener claro que como en toda pérdida, nuestro hijo pasará por un proceso de duelo el cual es bueno que elabore de la mejor manera posible. Esto quiere decir que nuestra labor es de acompañarlos en este proceso:

  1. Hablando con ellos de lo que está pasando, la realidad, de cómo se sienten. Si nuestro hijo habla y se puede expresar, podemos fomentar que hable de lo que siente, si no habla o todavía no se expresa muy bien, podemos decirles que entendemos que quizá se sientan tristes, enojados, etc., y lo más importante, decirles que es normal que se sientan así.

  2. Hablar con ellos de que habrá gente que nos ayudará, que le tendremos cariño y que luego tendrá que seguir su camino, y que no pasa nada, siempre serán personas que nos querrán y que querremos, algunas se quedarán en nuestra vida mucho tiempo y otras no tanto, así como sucede con las maestras de clases. Repito, el tipo de relación y del vínculo que exista entre ellos dará la pauta de qué tanto habrá que profundizar.

  3. Como padres, debemos entender que en nuestros hijos habrá reacciones como estar enojados, llorar mucho, no querer trabajar, hasta tener ciertos "retrocesos", pero si sabemos que es parte de su proceso, podremos entenderlos, acompañarlos y, lo más importante, no agobiarnos. En la medida en la que nosotros estemos tranquilos ellos también podrán percibir que no es una tragedia y que todo estará bien.

  4. Finalmente, debemos entender y transmitir a nuestros hijos, que parte de nuestra realidad es que ellos requieren apoyo, por este momento, o quizá por mucho tiempo más, y que este tipo de experiencias son y serán parte de nuestra vida; en la medida en la que tengamos claro que así son las cosas, podremos enfrentar mejor las próximas experiencias. Ahora sí que, así y aquí nos tocó vivir.

Espero que estos breves puntos puedan ayuda a las familias quienes estén pasando por este momento difícil..

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