Hoy es jueves. Día de ir a la montaña. Visitaremos un centro enclavado en Bad Bedlenburg en el que se hace seguimiento a pacientes; algunos ya han sido tratados en el Kinderklinic y continúan las sesiones de terapia en este lugar que cuenta con un terapeuta físico Vojta, un médico, un psicólogo y una ergoterapeuta.
Aquí son las 7:00 am. Estoy recién duchado y he tomado una reconfortante taza de café… no hay tiempo para más. Espero a Fion en el estacionamiento de los departamentos. Se retrasa, pero afortunadamente no está haciendo tanto frío. Llega, se disculpa y partimos. Ya en la carretera puedo ver aún las luces de la ciudad y me llama la atención el humo que sale de las chimeneas de las fábricas y que se entremezcla con la neblina. En un abrir y cerrar de ojos nos alejamos de la ciudad y nos dirigimos al amanecer que asoma detrás de las montañas entre el rojo de los rayos del sol y el verde de los campos. La neblina se disipa... estamos en el Centro de terapia. Fion me sirve un café y comienza a preparar su área de trabajo. Se cambia de ropa, limpia la mesa con un balde de agua con algún desinfectante y un paño que desecha luego de usarlo.
El primer paciente ya está con nosotros. Según me ha comentado en esta ocasión la mayoría de los niños son bebés. Esto es algo que me satisface por las pocas oportunidades que tenemos en México de tratar un bebé, pues el diagnóstico allí no es tan prematuro y cuando llegan a nuestras manos ya tienen instalada la parálisis cerebral. Es maravilloso ver cómo los niños van normalizando su desarrollo en tan poco tiempo, tanto por el trabajo en fases tempranas como por la calidad del entrenamiento que ofrece el terapeuta a los padres, que de alguna manera de esto dependerá la evolución del niño. Pero cómo tener la claridad y perspicacia para decidir la organización del trabajo que realizará el padre o de cómo lo debe hacer. A esta conclusión se llega a través de varios factores -en el caso de los terapeutas del Kinder Clinic.
Según mi observación, primero todos los terapeutas están dispuestos a compartir su experiencia y sus puntos de vista, y muestra de ello es que tienen una reunión a la semana en la que tratan diferentes temas, entre los que se comenta sobre los pacientes de cada uno de los terapeutas, lo que hace que todos estén enterados de las características de todos los pacientes, cuáles son sus patologías y dificultades, y quiénes son los padres y cuáles son sus habilidades. He de destacar que durante mis visitas también formo parte de estas reuniones. Además, los terapeutas toman el lunch juntos, aprovechando el momento para comentar sobre el acontecer diario y sobre la evolución de sus pacientes. En mis intervenciones en dichas reuniones comparto y comento las características del paciente que me acompaña, pero también expongo mis preocupaciones y dudas, y mi interés de no tratar sólo a mi paciente. Por su parte ellos indagan sobre la tipología de paciente que me gustaría ver, e intentan localizarlo preguntando a todos los terapeutas.
Localizado algún caso de mi interés me facilitan participar en el tratamiento, e incluso si hay algún niño hospitalizado me permiten acompañarlos. Esto me ha dado la oportunidad de ver pacientes prematuros con dificultades respiratorias y pacientes con artrogriposis. También me han llevado a visitar un centro que desarrolla un programa para niños que no pueden respirar por sí solos, en el que son tratados desde bebés y hasta la juventud, en el caso de que la evolución no sea la esperada. En general he tenido la oportunidad de ver y valorar el trabajo del médico, del ortopedista y hasta del que vende la silla de ruedas, pues todos son profesionales con un mismo objetivo, y de conocer a casi todos los terapeutas durante mis visitas a hospitales o en el centro.
Se me hace imposible no comparar este trabajo tan de colectivo, tan de equipo, con nuestro trabajo en México que peca de un marcado individualismo y del clásico comportamiento que de por haber obtenido un Certificado en Votja ya se pasa a formar parte de una élite. Soy certificado Vojta, ¿y eso qué? Insisto sin temor a repetirme que Vojta decía: un terapeuta reciente es un terapeuta no hábil. La habilidad se adquiere con el tiempo y siempre y cuando no trabajes solo, y se trabaje con otro terapeuta de más experiencia. Esto equivale a trabajar en equipo.