Se acerca el verano y con ello la emoción, y a la vez la angustia, de planear las vacaciones. No siempre es fácil atrevernos a romper la rutina, bajar el ritmo de terapias y darnos el gusto de SÓLO disfrutar a nuestros hijos. Pero ya que nos atrevemos viene el siguiente paso, ¿qué podemos hacer?, ¿qué actividades pueden resultar atractivas para toda la familia? Cómo hacer que nuestro hijo con necesidades especiales pueda participar y disfrutar de las vacaciones sin que esto las vuelva poco atractivas para los demás. Es un reto, sí, pero tiene solución.
Sin necesidad de salir, una primera opción es disfrutar todo lo que la Ciudad de México nos ofrece. Vivimos en una de las ciudades más grandes del mundo, con una enorme oferta cultural. No tenemos que viajar para disfrutar de un maravilloso día de campo, en el parque del Batán en San Jerónimo, en el parque de Las Hormigas en la primera sección de Chapultepec, por mencionar algunos. En un día de campo unos juegan futbol, mientras otros leen un libro y otros más escuchan música. Los mas pequeñitos van a los juegos y otros pasean en el tren. Hay para todos los gustos.
Tenemos algunos de los museos mas reconocidos del mundo, para chicos, para medianos y para grandes. En casi todos ellos existe la política de acceso gratuito a las personas con discapacidad. El Museo de Ciencias Naturales nos sigue ilustrando con su explicación del cosmos, o de la evolución del hombre. El inagotable Museo de Antropología que con una sola sala nos da para horas y horas. El Museo Tamayo con su reconocida área didáctica. Arte Moderno, Del Juguete, De Culturas Populares, etc. Y por supuesto El Papalote y Universum.
La Feria de Chapultepec y los Zoológicos tiene política de accesibilidad para todos, y según sus páginas de internet se puede solicitar asistencia en caso de requerirla.
El CONACULTA, a través de Alas y Raíces con todas sus actividades infantiles, muchas de ellas gratuitas, nos abren otro abanico de posibilidades.
Un esquite en la plaza de Coyoacán o un helado en el centro de Tlalpan, no le caen mal a nadie. O un recorrido en el tranvía del centro o el Turibus.
Hay países, ciudades y lugares que específicamente han creado espacios recreativos y culturales para las personas con necesidades especiales. Conocerlos será siempre un privilegio, y comprobar que en la aplicación del las políticas públicas que permiten la accesibilidad y el disfrute de las personas con discapacidad, hay países que nos llevan un gran trecho, también es una realidad. Sin embargo, creo que algo se ha avanzado en esta ciudad y que haciendo uso de los espacios públicos y urbanos podremos ir adaptando nuestra ciudad a las necesidades específicas de cada individuo.
Las vacaciones familiares también son el deseo de “cambiar de aires” por eso un delicioso viaje a la playa siempre es deseado, por suerte cada vez es mas factible encontrar playas accesibles y hoteles incluyentes y accesibles. Para algunos niños los traslados resultan muy pesados pero tener la certeza de llegar a un sitio donde la diversidad es valorada, hace mas llevadero ese camino. Algunos otros viajes han sido pensando en que sean divertidos para todos los demás y que ella tendría que adaptarse un poco, y esos también han sido una gran sorpresa. Viajar está en el alma, está en el deseo de conocer y disfrutar algo nuevo y la discapacidad de ninguna manera puede ni debe ser un freno para ello. Así que ha disfrutar las vacaciones porque luego ni duran tanto.
Les recomendamos llamar a los sitios de su interés antes de asisitir para asegurarse de su accesibilidad, y nos encantará que nos compartan sus experiencias en los diferentes lugares.