Adentro,…
…habita quien eres en realidad.
Ese niño despierto,…abierto, lleno de confianza, de dicha, de asombro,…de curiosidad.
Ese niño único e irrepetible, que irradia optimismo, aceptación,…paz y serenidad.
Ese niño que rebosa de amor, de empatía, de sabiduría,…de felicidad.
Ese niño que realmente vibra con intensidad.
Adentro…
Habita ese niño sin ego. Sin conflictos, ni tensiones, ni avaricias, ni celos. Sin culpas, ni tristezas, ni vergüenzas ni ansiedad. Que no busca el “deber ser”, ponerse un disfraz…y ser igual a los demás,…sino que se manifiesta tal y como es,…con enorme creatividad. Ese niño que solo conoce el presente,…que está satisfecho con la existencia…y se desenvuelve con totalidad.
Ese niño increíblemente conectado con el universo,…que ríe…y también llora,…que conoce su cuerpo y sus sentimientos,…alineado a su ser,…a su naturaleza…y a su verdad.
Adentro…
Habita ese niño ligero, rebelde,…libre de juicios y vicios…que todavía no ha sido condicionado por la sociedad.
En vez de buscar ser “mejor”,…búscalo a él. Conecta con su energía,…porque puede ser tu guía…
…Simplemente porque él…es perfecto y confía. Porque vive como si fuera hoy el único y último día. Porque juega, baila y brinca de alegría…
Porque no tiene miedo,…ama con toda su alma….
…y conoce la libertad.
Nirvésh
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