Acabas de cumplir tres años tu cerebro es como una esponja, absorbes todo y todo lo que deseas es explorar el mundo.
“¿Qué hay allá?” “¿Cómo funciona esto?” “¡Necesito ir y hacer eso!” “Mi mamá va hacia allá, iré a ver que hace.” Pero, espera un minuto….
NO PUEDES. Sabes lo que quieres hacer, entonces ¿por qué tu cuerpo te lo está impidiendo?
Ves a todos los demás caminando, recogiendo juguetes, explorando el entorno. ¿Por qué tu no puedes hacerlo?
Si estas en un lugar desconocido, solo quieres corres y esconderte detrás de mamá, pero no puedes. Esto te confunde, te pone triste, te frustra.
Esta es la realidad de todos los días para un niño con parálisis cerebral.
Mi hijo tiene parálisis cerebral con tetraplejia, y su mente funciona en cierta manera como la de cualquier otro niño pequeño. Puede hablar y tiene una magnifica comprensión de todo, pero físicamente no es capaz de mantenerse sentado, gatear, moverse, caminar, incluso batalla con los movimientos de sus manos en ciertas actividades, esta es la parte de su cerebro que lamentablemente se lesionó cunando nació prematuro.
Cualquiera que tenga un hijo, sabe que ellos se meten en TODO, voltearán tu casa de cabeza, y algunas veces te desesperarás un poco, y perderás la paciencia diciendo “por favor no hagas esto” por milésima vez en el día, pero imagina que tu hijo no pudiera hacerlo.
Si tú no tienes un hijo con discapacidad, entonces probablemente ni siquiera habías pensado en esto, no tenías por qué hacerlo.
Y honestamente, yo nunca había escuchado de la parálisis cerebral hasta que mi hijo fue diagnosticado. Nunca había visto a un niño que no pudiera caminar cuando debería, por lo cual no había concientizado que pudiera ser un tema para algunos.
La realidad es que desafortunadamente es un tema, para cientos de niños.
Parálisis cerebral, significa luchar con la coordinación y control de tus músculos. Has visto a todos a tu alrededor sentarse y moverse, y comprendes el concepto plenamente, pero cuando lo intentas….. no importa cuán fuerte lo intentes, tu cuerpo no parece capaz de hacerlo.
Puede llegar a ser frustrante o deprimente, pero lo más importante de todo es no darte por vencido.
Mas allá de su discapacidad, mi hijo es feliz, muy feliz de hecho.
Yo le enseño que su discapacidad no lo define, él puede hacer lo que sus amigos estén haciendo, y que nosotros siempre encontraremos una manera para asegurar que él sea incluido en la diversión y en los juegos con sus amigos y familiares. Y que es importante que todo los demás hagan lo mismo. Él es como tu o como yo y no necesita ser tratado de manera diferente.
Mi hijo solo quiere jugar como lo hacen todos sus amigos, así que por favor enseña a tus hijos que esta bien ser diferente y a hacer amigos con distintas habilidades.
Mi hijo no puede caminar, pero mi hijo puede ser feliz. Tiene una gran determinación, es amado y siempre buscaremos que sea incluido.