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  • Ana Elisa P.

¡Tenemos equipo!

Actualizado: 8 abr 2020


Vienen tiempos de cambio. El inicio de la adolescencia, el final de la primaria y con ello la despedida de aquellos amigos con los que mi hija ha crecido. Para mi, el más enriquecedor objetivo de la educación regular, ha sido el sentido de pertenencia. Ana Lucía, mi hija, va contenta todos los días a la escuela, y nos habla de “todos sus amigos”, participa en los trabajos en equipo y es una niña feliz.

La adolescencia y una posible escuela nueva, es otra historia, tener una lesión cerebral y ser la amiga diferente, puede ser un reto mayor. Para ayudarla a transitar por este cambio busqué una actividad que pudiera representar un aliciente y un puente para sortear el río de cambios emocionales y búsqueda interior.

Con lo poco que sé de remo, me parecía que es una actividad en la que el compromiso motriz que su condición conlleva no seria un inconveniente. Ray nos hizo el favor de recibirnos un viernes por la tarde en el hangar. Ella no iba de buenas, lo conocimos, escuchó todo y no quiso probar, nos despedimos. Antes de llegar al coche Ana Lucía, me preguntó si era grosero cambiar de opinión. Regresamos al hangar, probó la máquina de remo y la máquina de esquí. Esa noche, y las tres siguientes no durmió nada (como cada vez que trae algo en mente) en la madrugada la escuchábamos hacer estiramientos y ejercicio, porque quiere que Ray este muy orgullosa de ella.

Empezamos a ir los martes, para lo cual sin chistar se dio de baja de otra actividad, después me pidió entrenar mas días cuando llegue el verano. Ya toda esta experiencia me puso feliz y nuevamente orgullosa de mi guerrera que se crece ante los nuevos retos. Hubo una competencia internacional de remo en máquina a la cual Antares Remo asistió, ahí tuvieron la oportunidad de ver las categorías especiales y Ray me mandó videos muy emocionado, creo que ahora él las vio con otros ojos. La inclusión hizo su magia en ambos sentidos.

Después vino su cumpleaños, y todas las niñas del equipo le cantaron las mañanitas. Luego el complejo momento que estamos viviendo, de estar en casa, la diferencia es que ahora ella tiene un compromiso con su equipo y se conecta para entrenar con ellos.

Antares Remo, son atletas de verdad, que pertenecen a la federación, rankeados nacional e internacionalmente, que entrenan duro, y sin embargo Ray nos abrió las puertas. Ante lo desconocido apostó por la oportunidad del reto que implica entrenar a alguien con necesidades especiales. Ahora Sebastián, le dice “vamos Anita”, Sofí le ofreció ser ella quien la saque algún día en un bote, Montse y Connie la reciben con una sonrisa siempre, a todo su equipo, gracias. A Ray: gracias por ver con naturalidad a la niña que está detrás de la discapacidad, a la que se esfuerza y se ilusiona. Esto es inclusión. Es como un manto que nos va cubriendo a todos los que vivimos en ella, y sin temor a equivocarme este maravilloso equipo al que hoy pertenecemos, algún día vivirá, como propia, la satisfacción del esfuerzo de Ana Lucia.

Man y Jordana nada de esto hubiera sido posible sin ustedes. Gracias.



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